martes, 2 de febrero de 2010

Cines Renoir Romareda: Enemigos publicos



Critica
Enemigos públicos, la película de Michael Mann, ha sido muy comentada este año 2009, y ha tenido valoraciones de distinto signo: a unos les ha decepcionado un poco y a otros les ha gustado bastante, opiniones dispares.

Como casi todos saben ya, cuenta el tramo final de la vida del famoso gánster, casi convertido en héroe en los Estados Unidos, John Dillinger.

Dillinger fue un ladrón de bancos que actúo en varias ciudades norteamericanas en la época de la Gran Depresión, cuando la crisis económica llevó a pensar a parte de la ciudadanía que la banca se enriquecía a costa de la población. Entonces, se vió con buenos ojos a un ladrón que aparentaba ser justiciero, que no cometía demasiados asesinatos y casi todos del cuerpo policial. Las "buenas" maneras de Dillinger, su encanto y carisma personal, sus sonadas huídas de la policía y del FBI, encabezado por Hoover, le crearon fama de ladrón elegante de guante blanco, lo que, no se corresponde demasiado con la realidad. Al fin y al cabo, no fue más que una persona que cometió múltiples actos ilícitos con el fin de enriquecerse y fugarse a un país extranjero, seguramente exótico, dónde vivir féliz el resto de sus días con su novia.

La película de Michael Mann no se pronuncia mucho ideológicamente a favor o en contra del personaje.

Johnny Deep, refinado, siempre con clase, construye un papel solvente, pero, personalmente, pienso que es demasiado apuesto si lo comparamos con las fotos o vídeos del verdadero malhechor. Creo que le falta algo de dureza, o, digámoslo también, algo de vulgaridad para asemejarse más a Dillinger. Lo mismo diría de la actriz que representa a su novia, demasiado guapa.

Por otra parte, el ambiente recreado en el film es, a mi modo de ver, también más selecto que lo que imaginamos fue el real. Los hoteles son muy lujosos, los coches muy rápidos, los vestidos muy brillantes, los abrigos muy buenos y bien forrados. No sé, me da la impresión, por las fotos que he visto de la época, que todo no tenía tanto glamour.

No obstante, la película funciona en gran parte de su metraje. Tiene escenas de bastante tensión, como la de la persecución en el bosque en la que Dillinger está a punto de ser cazado, o los momentos finales cuando John acude al cine a ver una de Clark Gable de gánsters y todos sabemos que va a morir porque ha sido traicionado por su "amiga" rumana que quiere garantizarse una estancia en el país.

Algo a comentar también es la buena interpretación de Christian Bale en su papel del agente Purvis, que tiene la obsesión de detener a Dillinger pero que, a la vez, intenta transmitir a su jefe Hoover y a los miembros de su departamento una actitud de calma y de tener el control.

En muchas fases de la película se manifiesta la falta de miedo, la temeridad del "enemigo público" número 1, como cuando se fuga de la cárcel de Indiana o cuando se atreve, poco antes de su caída, a ir hasta la Comisaría de Policía llena de oficiales que le buscan, recreándose contemplando sus fotos.

En todo caso, se presiente siempre que "más duro será el final" para Dillinger, y sobre todo, lo presiente la mujer que le ama, que sabe que está yendo a un callejón sin salida desde el día en que John va a buscarla al guardarropa en el que trabaja para llevarla con él y su banda

Por último, decir que el título es acertado al hablar de Enemigos Públicos en plural, y no referse sólo al famoso gánster, puesto que éste siempre actúo acompañado de un grupo u otro de matones, asesinos, según Purvis, según Hoover, y sin embargo, casi admirados por el pueblo llano. Esto es así hasta tal punto que creo que todavía hoy se rememora el día de la muerte de John Dillinger en parte de los Estados Unidos.
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