Foto: EfeVictoria heroica del Sevilla FC esta tarde ante el Real Zaragoza en un choque en el que los hispalenses tuvieron que vencer con un hombre menos y sobreponerse al escandaloso arbitraje en contra de Muñiz Fernández. A pesar de la permisividad del colegiado con la dureza maña, y de que este no les señaló un claro penalti a Alfaro, los de Gregorio Manzano no le perdieron la cara a un feo partido y consiguieron llevarse en inferioridad numérica tres puntos vitales en la lucha por la Champions. La delantera sigue fina. Luis Fabiano y Negredo fueron los autores de los tantos.
La primera parte estuvo marcada por el nulo fútbol que planteaba el Zaragoza, que demostraba con creces por qué es colista de la primera división. El Sevilla pecaba de falta de intensidad y velocidad en la circulación del balón en durante la primera media hora. Los locales se agarraban a la dureza y permisividad arbitral y a rascar algo en alguna acción a balón parado.
El Sevilla pecaba de falta de intensidad y velocidad
Tuvo que llegar la única ocasión de toda la primera mitad para que los sevillistas rompieran el partido. Kanouté se sacaba un pase al más puro estilo Xavi para que Luis Fabiano batiera por bajo en un disparo cruzado a Toni Doblas. El brasileño desequilibraba la balanza y trasladaba el escenario del partido hacia sus intereses, ya que su rival iba a verse obligado a abrirse. E l tanto dio mucha más tranquilidad al Sevilla, que empezó a tocar el balón más veces y con mucha más precisión. La mala noticia llegó en la lesión de Capel que se rompió en una entrada de Diogo, y tuvo que ser sustituido por Alfaro. Restaban 45 minutos de suplicio, pero con el marcador como más interesaba a los de Manzano.
El descanso no sentó muy bien a los de Nervión que vieron cómo Javi Varas tuvo que emplearse a fondo para evitar el empate en un cabezazo de Bertolo. Se veía venir por la caraja sevillista el gol local. Bertolo remató al fondo de la red un saque de esquina e igualaba el choque. Zokora seguía evidenciando su falta de intensidad en el marcaje, el goleador maño era su marca.
El Sevilla había bajado los brazos sorprendentemente, los locales estaban acosando la meta de Varas por empuje y convicción, en parte debido a la poca resistencia del centro del campo de los pupilos de Manzano. El técnico hablaba con Negredo para intentar arreglar la situación. El madrileño sustituyó a un desaparecido Renato. Kanouté bajaba al medio centro, y Manzano aprovechaba para mandar un mensaje a la directiva: no hay mediocentros.
Penalti no pitado a Alfaro
Muñiz seguía con su recital de errores privándole de un penalti claro a Alfaro, que vieron hasta los que estaban fuera del campo. El colegiado había enloquecido y el partido se le había ido de las manos. Y en la locura, perdió el Sevilla. Fernando Navarro derribaba a Braulio, que encaraba solo a Varas, para ver la tarjeta roja directa. Manzano se veía obligado a meter a Konko en el campo y retirar a Luis Fabiano para recomponer la defensa. El partido se ponía trabado y los de Nervión confiaban aún en poder llevarse los tres puntos de La Romareda.
El colegiado había enloquecido y el partido se le había ido de las manos
Corrían los minutos y los de rojo no le perdían la cara al partido. Y al fin, en el último minuto de partido, se hacía justicia en el marcador. Negredo robaba un balón a Jarosik y se marchaba hacia Doblas para batirle con un disparo cruzado que hacía estallar de éxtasis al banquillo sevillista. Justo premio el pitido final del árbitro para un equipo que nunca perdió la cara al encuentro.
Desde la óptica zaragocista se vieron las cosas de otro modo, pues se contuvo bien a un rival superior y con el gol de Bertolo se abría la puerta a la remontada, pero el que fuera posible fichaje del ZAragoza años atrás, Álvaro Negredo, apuntillo a los maños a falta de dos minutos del juego reglamentado.
Desde la óptica zaragocista se vieron las cosas de otro modo, pues se contuvo bien a un rival superior y con el gol de Bertolo se abría la puerta a la remontada, pero el que fuera posible fichaje del ZAragoza años atrás, Álvaro Negredo, apuntillo a los maños a falta de dos minutos del juego reglamentado.
